domingo, 4 de mayo de 2014

¿QUÉ ESTAMOS DANDO A NUESTROS HIJOS?




Después de unas semanas inmerso en infinidad de cosas, así como trabajando en nuevas secciones para el blog, por fin hoy os puedo presentar un artículo que considero de vital importancia, sobre todo si tenemos en cuenta que una parte muy importante de las personas que siguen este espacio son padres y como tal, sienten la necesidad de dar lo mejor a sus hijos.
Todo y así, desgraciadamente, aunque cada vez son más las personas que han optado por una alimentación plenamente consciente, donde se prima la calidad y la procedencia de los alimentos antes que su precio y apariencia, he observado que cada vez son más los "auténticos venenos" que se comercializan con total impunidad en las grandes superficies, carentes de valor nutricional alguno y repletos de aditivos químicos y substancias muy nocivas para nuestro organismo.

Pero lo más triste de todo (y aquí reside mi máxima preocupación), es que la mayor parte de estos indeseables alimentos, están destinados a los más pequeños del hogar, toda una paradoja, cuando aparentemente siempre se nos ha dicho que las empresas encargadas de nuestro bienestar, velan por nuestra salud y más aun por la de nuestros hijos. Pero la realidad es otra muy diferente, porque si ponemos nuestra atención en las etiquetas que acompañan a la mayor parte de los productos destinados a niños, nos percataremos al instante de que los mismos están repletos de infinidad de ingredientes que son de todo menos saludables para nosotros, pero aun menos para ellos, tales como: azúcares refinados en todas sus formas y apariencias, harinas de baja calidad, grasas hidrogenadas, aditivos químicos en forma de colorantes, texturizantes, conservantes, edulcorantes, potenciadores del sabor, derivados de la soja (por supuesto de procedencia transgénica), lácteos pasteurizados y otros tantos que ni podemos imaginar.

Todo y que me encantaría enumerar uno por uno cada uno de estos productos, siendo coherente conmigo mismo, ello me daría material para escribir unos cuantos libros, porque si nos paseamos por los pasillos de cualquier gran superficie, estaremos sin saberlo rodeados de estos alimentos, miremos hacia donde miremos. Por esta razón, he optado por comentar un producto de sobras conocido, que reúne todas las características que necesito para desarrollar mi artículo.




Curiosamente hace mucho que quería escribir un artículo como este, pero fue hace unas semanas durante el día de pascua, cuando decidí que había llegado el momento de hacerlo, cuando mi madre tras la habitual comida familiar, saco a modo de postre la típica mona de pascua comercializada por una conocida empresa valenciana, especialmente para mi sobrina, que justo ahora está cerca de cumplir los tres años. Hasta aquí todo bien, puesto que todos hemos sido niños y para nada tengo nada en contra de esta tradición que tanto gusta a los más pequeños. Pero mi sorpresa vino cuando recuperé la etiqueta que acompañaba dicho producto y me puse a leer los "ingredientes" que se habían utilizado para elaborar aquella mona de pascua, donde por más que quería, no daba crédito a lo que leían mis ojos y menos aun, a pensar que aquel producto estaba pensado principalmente para niños.
Pero lejos de extenderme en mis consideraciones iniciales, aquí adjunto unas fotos que hice en el momento con mi teléfono de dicha etiqueta y así comentamos un poco todo, para que así podáis comprender mi nivel de indignación y a la vez provocar si cabe una profunda reflexión, sobre si somos plenamente conscientes de lo que compramos y damos en algunas ocasiones a nuestros pequeños.



En mi opinión antes de entrar al detalle, quiero pensar que a todos nos debería de tirar atrás un producto que contenga una lista de ingredientes como la que aquí muestro, pero voy a resumir muy por encima los puntos que más duelen a la vista.

AZUCARES
Por un lado sólo en el bizcocho encontramos azúcar (por supuesto refinado), jarabe de glucosa, fructosa. En la yema pastelera utilizada para cubrir el mismo, volvemos a encontrar más azúcar y más jarabe de glucosa. Para dar brillo volvemos a encontrar jarabe de glucosa, fructosa y azúcar.
Ahora nos centramos en el preparado "alimenticio para montar", donde también encontramos azúcar y glucosa. Seguidamente nos centramos en el crocanti de almendra donde encontramos nuevamente azúcar, jarabe de glucosa y fructosa. También en la fruta confitada, nuevamente encontramos azúcar y jarabe de glucosa. A continuación en los huevos de decoración volvemos a tener azúcar y ya por si fuera poco, para finalizar nuevamente en la viruta negra también tenemos más azúcar.

Aunque parezca impresionante, para un sólo producto han utilizado en quince ocasiones azúcar o derivados del mismo, todos ellos de carácter industrial y refinado, toda una bomba de adrenalina para nuestros pequeños, que no me extrañaría que horas después de ingerir una porción de este pastel se subieran por las paredes, por no hablar de los acentuados problemas de concentración que estas cantidades de azúcar provocarán en los mismos.

ADITIVOS QUÍMICOS

Si préviamente no dábamos crédito a la cantidad de azúcares utilizados desmesuradamente para la elaboración de esta "Mona de pascua", no podemos pasar por alto la interminable lista de aditivos químicos de este pastel. En total cuento aproximadamente unos veintidós (IMPRESIONANTE),  de los cuales muchos de ellos son especialmente nocivos para la salud y más aun para la de los niños como por ejemplo:

E-127 (eritrosina): Aditivo químico utilizado como colorante alimentario que puede afectar en la alteración de tiroides y los procesos digestivos.

Metabisulfito sódico (sulfito): Los sulfitos son utilizados como conservantes en muchos productos de los que la mayor parte de la población consume a diario. Desgraciadamente, los mismos están directamente asociados a problemas de hígado por congestión hepática, alergias y cefaleas entre otros.

Dioxido de azufre (sulfito): Su uso como conservante se autoriza en alimentos diversos como galletas, siropes, productos de aperitivo, patata, vino y cerveza, confituras y mermeladas, frutos secos, moluscos y carnes entre otros muchos alimentos más.
Desgraciadamente, lo que nadie nos cuenta es que hay muchos estudios donde se ha demostrado que el dioxido de azufre al igual que el resto de sulfitos tiene diversos efectos adversos en el organismo humano, sobre todo en personas que padezcan patologías asmásticas, corriendo los mismos el riesgo de tener reacciones tales como dematitis, dolor de cabeza, irritación del tracto gastrointestinal, urticarias e incluso lesiones oculares severas.

E-450 (polifofato): Normalmente utilizado para dar textura y directamente asociado a problemas de descalcificaciones y cálculos renales.

OTROS

Por si fuera poco a todo lo comentado, si seguimos investigando de nuevo nos sorprenderá encontrar otras sorpresas como:

Grasas de palmiste y palma totalmente hidrogenadas: Sin duda las grasas hidrogenadas son uno de los aspectos más preocupantes de la actual industrialización de los alimentos, ya que las mismas figuran en muchos de ellos, tales como margarina, galletas o bollería entre otros. En dicho proceso de hidrogenación se generan ácidos grasos  trans muy nocivos para nuestro organismo, conllevando algunos importantes inconvenientes para nuestra salud como:
  • Aumento del riesgo cardiovascular y con ello de todas las patologías asociadas al mismo.
  • Dañan las paredes de las arterias dando lugar a posibles ateromas.
  • Aumentan la resistencia a la insulina.
  • Se colocan "confundidos" en lugar de los ácidos grasos saturados, que son los más estables frente a la oxidación de nuestro organismo.
Harina de trigo: Por supuesto no integral, siendo la misma fruto de un proceso de refinado donde se pierden todos sus beneficiosos nutrientes y se le añaden distintos aditivos y mejorantes químicos que dejan a esta harina muy lejos de considerarse realmente un alimento.
Además de todo lo comentado, al ser de trigo, también encontramos gluten, siendo de entrada ya este producto no apto para intolerantes al gluten, y en mi modesta opinión, también poco aconsejable para aquellos que no lo sean, puesto que el gluten que podemos encontrar en este tipo de alimentos es muy poco saludable y a su vez culpable de una gran parte de las alergias que afectan a una gran parte de la población en la actualidad.

Lácteos y huevos: Los huevos y los lácteos que se utilizan para elaborar estos productos distan mucho de aquellos saludables alimentos que todos tenemos en la cabeza, siendo en la mayor parte de la ocasiones pasteurizados y modificados a base de aditivos, que más tarde al penetrar en nuestro cuerpo serán tratados como agentes extraños, difíciles de asimilar por nuestro organismo, que ante la imposibilidad de eliminarlos, los acumulará en diferentes partes de nuestro cuerpo, convertidos entonces en agentes tóxicos.
En el caso de los lácteos, tendremos adicionalmente un problema con sus proteínas que también serán encargadas de crear mucosidades y problemas digestivos, además de los típicos conflictos más específicos dados en personas con intolerancia a la lactosa o la caseina.

CONSIDERACIONES Y CONCLUSIONES A TENER EN CUENTA

Respecto a los aditivos químicos, la normativa permite el uso de los mismos, aun existiendo numerosos estudios que previenen y avisan sobre sus posibles efectos nocivos para nuestra salud. Pero lo que me parece más insultante, es que los "expertos en la materia" cuando se les pregunta al respecto, suelen reconocer que en efecto si es cierto que no son saludables para nuestro organismo, pero que en pequeñas cantidades no debemos tener miedo a consumirlos. Así que lo primero que me viene a la cabeza, es pensar si merece la pena tomar un agente químico nocivo, sólo por saber que aun siendo malo, en pequeñas cantidades no he de temer por su ingesta. No se vosotros, pero yo pienso que lo mejor en cualquier caso, es no ingerir ni la más mínima cantidad de algo que pueda perjudicar a mi salud.

Y para terminar, con estas últimas palabras quisiera transmitir una profunda reflexión a todos los padres que puedan estar leyendo mis palabras, aconsejándoles que por favor, digan NO a este tipo de productos, que sólo persiguen el interés de las grandes firmas alimentarias, siendo toda una amenaza para el futuro y bienestar de nuestras familias y en especial de los más pequeños de las mismas.
A día de hoy, no podemos seguir aferrados a frases como:

"Ya se que este producto está cargado de porquerías, pero un día es un día..."

"Son niños, luego lo queman y ya está..."

"Cómo van a comercializar algo que pueda ser nocivo para nuestra salud?..."

En nuestras manos está cambiar nuestra realidad y os invito a que asumáis la responsabilidad que esto conlleva, puesto que al ser nosotros los que decidimos donde invertimos nuestro dinero, tenemos el poder de apoyar a todas aquellas empresas que de verdad se preocupen por nuestro bienestar, dejando de lado a aquellas que intentan darnos gato por liebre, conduciendo a los nuestros hacia un futuro incierto, alejado del bienestar que todos hemos soñado. 
Y con estas palabras me despido, con la esperanza de que estas líneas lleguen a muchas personas libres, que cansadas de vivir en un mundo de falsas esperanzas, sientan ahora la necesidad y voluntad de caminar hacia un nuevo paradigma, donde de nuevo podamos decidir sin sombras ni medias tintas sobre lo que deseamos para nosotros y nuestros seres queridos.

Seguimos adelante!

Gassho!

Sergi Hogaku