Aquí os dejo la creación perfecta, para dejar con la boca
abierta a vuestra pareja o invitado. Una rica mezcla de texturas, colores e
infinidad de sabores, que saben sacar el mejor partido de cada uno de los ingredientes que
componen este plato, haciendo de su preparación y su degustación, toda una
experiencia inolvidable para nuestros sentidos…
Estáis avisados una receta de alto voltaje para nuestro paladar, apta para
grandes ocasiones!!
INGREDIENTES:
(A ser posible de procedencia ecológica)
6 Calabacines
medianos ( si es posible coger los que tengan una forma lo más enderezada posible)
1 Puerro grande
200gr de setas shiitake
¼ de Calabaza
Aceite de oliva virgen de primera presión en frío
Aceite de sésamo virgen
½ diente de ajo
Perejil fresco
Sal atlántica
2 vasos de bebida de avena
2 cucharadas soperas rasas de Maicena
½ vaso de cous cous integral de espelta
ELABORACIÓN:
1. Lavamos los
calabacines, rebanando una rodaja de cada lado, aprovechando al máximo, para
tirar sólo lo indispensable. Acto seguido, partimos en tres partes cada
calabacín (como si cortáramos en rodajas, pero de unos cuatro/cinco
centímetros), intentando que cada trozo quede de una medida similar. Para ello
es interesante que a la hora de comprarlos, hagamos una buena elección.
2. Ahora toca
la parte más delicada de la receta, vaciar cada trozo de calabacín, para
quedarnos sólo con la piel propiamente. Para ello podemos utilizar un accesorio
para vaciar verduras o en mi caso, lo conseguí resiguiendo el contorno interior
de ambos lados con un cuchillo fino, pulsando después con el dedo, para sacar
todo el corazón de la verdura de una sola pieza. En todo caso, os recomiendo
que os toméis este paso con calma ya que representa el pilar más importante de
la receta.
3. Una vez
vaciados, cogeremos un cazo mediano, donde pondremos en su interior una pizca
de aceite de sésamo y un centímetro de agua. Calentamos a fuego bajo, hasta que el aceite empiece a desprender su
característico aroma a sésamo (señal de que está listo) y con cuidado pondremos
los calabacines previamente cortados y vaciados en posición vertical, quedando
su parte agujereada mirando hacia el cielo. Espolvoreamos un pizca de sal por
encima y tapamos para que se cuezan al vapor de forma muy lenta poniendo el
fuego al mínimo.
4. Recuperamos
el vaciado de los calabacines y lo disponemos en un mortero, añadiendo una
pizca de aceite de oliva y sal.
Acto seguido trituramos hasta conseguir una textura casi pastosa.
Reservamos.
5. Mientras se
cuecen los calabacines, pasamos a preparar el relleno, para ello necesitamos
cortar un trozo de calabaza, el puerro y las setas shiitake en cuadraditos muy
pequeños, esto es importante, porque nos facilitará la tarea de crear un
relleno que ligue mejor. Una vez
cortadas, dispondremos la mezcla en una sartén donde previamente habremos
calentado un chorrito de aceite de oliva. Tiramos también un poco de sal (sin pasarnos), y la
pasta de calabacín que habíamos reservado en el mortero. Mezclamos y tapamos cocinando a fuego
bajo.
6. En
este punto si todo va bien, debemos tener por un lado los calabacines
cociéndose al vapor y en la sartén
tapada, la mezcla de calabaza, puerro y shiitake.
7. Mientras,
ponemos medio vaso de agua en un cazo a fuego alto, cuando el agua esté
hirviendo, tiraremos la misma medida de cous cous y moveremos durante cinco
segundos, acto seguido apartamos el cazo del fuego y veremos como el cous cous
absorbe todo el agua, quedando cocido en cuestión de segundos. Reservamos.
8. Ahora, destapamos
la sartén y añadimos el cous cous a la mezcla, a la vez que movemos y amasamos
con ayuda de una espátula de madera, para que todos los ingredientes queden bien mezclados y compactados.
9. Apartamos el
cazo de los calabacines del fuego, manteniéndolos dentro del mismo para que
aguanten más tiempo el calor. Seguidamente también apartamos la sartén y con ayuda de una cuchara pequeña de
café vamos rellenando los calabacines con la mezcla de shiitake, calabaza,
puerro y cous cous. Este paso también requiere una cierta paciencia y mucho
cuidado, para no quemarse, ya que los ingredientes estarán aun a cierta
temperatura. Una vez rellenados serviremos en un plato de forma horizontal como
en la foto y pasaremos a hacer la
bechamel.
10. Para
bechamel, en un mortero ponemos una picada de perejil fresco, medio diente de
ajo troceado muy fino y aceite de oliva. Trituramos, y una vez todos los
ingredientes queden bien disueltos reservamos.
11. En una sartén ponemos dos vasos de bebida de avena y
calentamos a fuego medio. Una vez veamos que ya coge cierta temperatura,
añadimos dos cucharadas rasas soperas de maicena , removiendo sin parar con una
cuchara o espátula de madera, para evitar que se formen grumos. A medida que se
caliente observaremos como va espesando y es entonces cuando debemos añadir la
mezcla de ajo y perejil del mortero, removiendo durante medio minuto obteniendo
finamente, nuestra bechamel de avena con un toque de ajo y perejil para servir.
12. Para terminar, con ayuda de una cuchara, serviremos la
bechamel por encima de nuestros sushis de calabacín y estaremos en la recta
final de nuestro cometido.
13. Para finalizar, podemos acompañar el plato de una
ensalada verde o en mi caso opté por unas verduritas al vapor al dente,
espolvoreadas con un poco de gomasio.
Como consideración final, quisiera aclarar que es mucho más
difícil explicar esta receta, que llevarla a cabo, puesto que todos los pasos
son sencillos y muy rápidos de hacer. Todo y así , este plato está pensado para
ocasiones especiales, donde el tiempo no es una barrera y el verdadero objetivo
es crear una buena impresión. Y para que pueda quedar más clara, podéis visitar
mi blog (elrincondeltenzo.blogspot.com), donde también la publicaré con más
fotos a modo de esclarecer posibles dudas que pudieran surgir.
En todo caso, espero que disfrutéis preparando este plato,
tanto o más que lo mucho que me he divertido yo creándolo para todos vosotros.
Buen provecho!
Gassho!
Sergi Gámez