Entendido que cada vez nos adentramos más en la primavera, con algún que otro eco
veraniego, he creído conveniente mostrar un nuevo postre que seguro hará las
delicias de vuestros invitados más exigentes.
Cargada de vitaminas y muy saludable por sus propiedades
digestivas, esta sencilla receta, se ha convertido en una de mis preferidas,
precisamente por su sencillez de preparación de la mano de la intensidad de los
diferentes sabores afrutados, que se mezclan en la misma y su base equilibrada a
través de una cocción lenta y depurativa.
En todo caso, espero que os guste, y disfrutéis preparándola,
tanto como yo, a la vez también veáis que en contra de lo que siempre nos han
inculcado, no es necesario utilizar azúcar para preparar sabrosos y dulces
postres.
INGREDIENTES
( A ser posible de procedencia ecológica y local)
6
Manzanas
6 Peras
1 Limón
250gr Fresas
( Sobre todo ecológicas puesto que la fina piel de las fresas, las hace
especialmente absorbentes, respecto a los nocivos químicos que la industria
utiliza para fumigar las explotaciones de fruta no ecológica)
¼ de una vaina
de vainilla pura ( o unas gotas de esencia de vainilla líquida)
Amasake
Coco rayado
Sal marina atlántica
Canela en polvo
Pasas sultanas
Nueces
ELABORACIÓN
1. En primer lugar pelaremos y lavaremos bien cada pieza de
fruta, cortándolas todas en diferentes trozos de forma triangular.
En el caso del corte, yo utilice un accesorio fácil de
comprar en tiendas de menaje, que nos facilita mucho la tarea y nos proporciona
unos cortes muy igualitarios.
2. Cogemos una olla grande y la llenamos con dos dedos de
agua aproximadamente.
3. En el interior, depositamos la fruta cortada y añadimos:
La piel de un limón a tiras, ¼ de vaina de vainilla abierta por la mitad ( o en
su defecto unas gotas de esencia de vainilla eco), canela en polvo, un puñado
de pasas sultanas y una pizca de sal.
4. Una vez todos los ingredientes estén en el interior,
taparemos y cocinaremos a fuego medio-bajo, durante aproximadamente una hora y
cuarto. Teniendo en cuenta que cada diez minutos, destaparemos para remover
ligeramente el contenido y así asegurarnos que los ingredientes entremezclan
sus sabores y propiedades.
Apunte: Normalmente, el tiempo de cocción no debería
estandarizarse nunca, ya que en función de la estación del año, nuestro cuerpo
requiere alimentos que le proporcionen calor y en otras estaciones más frías, alimentos que le refresquen. Por lo normal, cuanto
más cocinamos un alimento, más calor nos aportará a nivel energético y si la
cocción ha sido más corta, más nos refrescará. Por ello si cocinamos esta
receta en verano, la cocción no debería llevarnos más de media hora. En cambio
si la hacemos en estaciones más frías, la misma debería estar entre una hora o
una hora y cuarto.
5. Pasado el tiempo de cocción, trituraremos el contenido
con una batidora hasta dejarlo como si de una papilla se tratara, y le daremos
una vueltas con ayuda de una cuchara de madera para que la mezcla recupere una textura más ligada.
6. Una vez realizados todos los pasos, tenemos dos opciones.
La primera rellenar un cuarto del envase que vayamos a utilizar para nuestro
postre con amasake y vertir encima el resultante de nuestra cocción, acompañado
de un poco de coco en polvo por encima y coronado por unas nueces o cereales al
gusto.
La segunda opción si disponemos de un biberón de hostelería
es llenar primero el recipiente donde presentaremos nuestra receta con la mezcla de nuestra cocción, decorarando después con
ayuda del biberón la parte superior, dibujando un espiral de amsake. Seguido
tiraríamos el coco rayado y coronaríamos con las nueces.
7. Disfrutad y vivid el aquí y ahora, como si cada segundo
fuera el último de vuestra vida.
Buen provecho!!!!
Gassho!
Sergi Gámez
( Fotos: Sergi Gámez)