Uno de los primeros pasos que deberíamos tener en cuenta a la hora de cambiar nuestra alimentación, es entender el comportamiento, y la importancia que tienen en nuestro organismo todos los alimentos que tomamos durante el desayuno. Los mismos tendrán la función crucial de aportarnos toda la energía necesaria para aguantar la jornada, pero también tendrán una incidencia muy elevada en nuestra actitud, concentración y estabilidad emocional durante el resto del día; por esta razón, es muy importante que nos tomemos unos minutos, para decidir de que forma queremos empezar el día y como podemos conseguirlo.
Desde hace ya algún tiempo, observo las diferentes formas que muchas personas tienen de preparar sus desayunos, y lo cierto es que la mayor parte de ellos, son víctimas de unos hábitos muy poco saludables, que sin saberlo, les perjudican a diario y por otra, les pueden acarrear graves problemas de salud en el futuro.
Así que llegados a este punto, voy a poner sobre la mesa mi granito de arena, para intentar re-conducir,
esta situación, aportando diferentes posibilidades que puedan suplir a las clásicas propuestas que todos ya conocemos.
¿ HASTA QUE PUNTO NOS PERJUDICA LO QUÉ INGERIMOS ?
Está claro que si tenemos en cuenta que somos aquello que ingerimos, debemos asumir todas las consecuencias de una mala alimentación, puesto que sólo nosotros decidimos en cada momento lo que entra en nuestro organismo. Así que es muy importante que esta conciencia siempre esté presente a la hora de elegir nuestros alimentos, para evitar caer en una espiral de desinterés, donde el acto de alimentarse se muestra como un elemento más preso de la monotonía de cada día, que de una forma de alimentar nuestro organismo de forma consciente.
Pero para dejar las cosas más claras desde un principio, lo primero que deberíamos hacer es eliminar todos los productos de bollería industrial, fritos, embutidos, panes elaborados con harinas refinadas no integrales, lácteos, café e infusiones que contengan algún tipo de excitante o químico...
En este momento, ya puedo imaginar las caras de algunas personas, pensando en la gravedad de mis palabras, además de imaginar lo difícil que sería abandonar algunos de los alimentos que he citado. Pero creedme, si os digo que cada uno de los mismos, no encierran más que un gran desequilibrio que sin dudarlo acabará por pasaros factura tarde o temprano.
En primer lugar, los productos de bollería industrial ( croissants, ensaimadas, pastas de hojaldre, chocolates, mermeladas industriales...). Todos ellos son altamente nocivos para nuestro organismo por ser ricos en azucares y harinas refinadas, grasas saturadas, conservantes y colorantes químicos (E-).
En el caso de los lácteos, la cosa aun se complica más, ya que alrededor de los mismos, encontramos un sin fin de leyendas urbanas, a cerca de lo saludables e importantes que son para el crecimiento de los niños por sus valores de "calcio", así como su valores proteicos y de vitamina B12. Pero lo cierto, es que existen cientos de estudios que prueban que la leche de procedencia animal no está indicada para el consumo humano. Por una banda dejaremos de banda el tema ético del que prefiero no hablar, porque entiendo que es de sentido común, ya que somos el único ser vivo que bebe leche producida por otro ser vivo. Pero si quiero apuntar, que las vacas lecheras no existen!, eso hay que dejarlo claro; ellas al igual que las mujeres, sólo pueden producir leche después de un embarazo, así que la leche que encontramos en los supermercados, proviene en realidad de vacas que son sometidas a continuos embarazos forzados mediante fertilizantes químicos y antibióticos, quedando una elevada parte de estos en la leche que la mayor parte de la población compra en los supermercados. Estas substancias químicas penetran en nuestro sistema, quedando estacionados en el mismo en forma de toxinas, ante la imposibilidad de ser eliminadas por nuestro organismo.
Así que aunque no aconsejo el uso continuado de "leches vegetales", podemos suplir el uso de leche animal por el de leche de avena, almendra, kamut, arroz... ( no aconsejo el uso continuado de leche de soja).
Así que aunque no aconsejo el uso continuado de "leches vegetales", podemos suplir el uso de leche animal por el de leche de avena, almendra, kamut, arroz... ( no aconsejo el uso continuado de leche de soja).
Leches vegetales |
Por otra banda, los lácteos, junto con el gluten y las harinas refinadas son los culpables de las apariciones de mucosidades, alergias medioambientales y otras patologías muy comunes en nuestra sociedad. Por ello muchas personas que acuden a centros de medicina alternativa afectados por estas patologías, reciben como primera indicación, la total eliminación de quesos, leche, yogures, margarinas, gluten de su dieta.
Para finalizar, tenemos los excitantes como el café del que he hablado en muchas ocasiones, que tienen más de malo que de bueno, siendo en su mayor parte una droga, que como tal, creará una gran adicción, entre otras muchas consecuencias de las que ya hablaré más adelante en un post dedicado sólo a esta bebida tan popular.
Así que en conclusión, cuando tomemos el clásico croissant o bocadillo, acompañado de un café y unas tostadas de mermelada de fruta, nos sentiremos muy bien en apariencia, pero en pocos segundos, sentiremos una gran dispersión mental, nervios, cansancio y ganas de volver a comer más dulces nuevamente, además de inyectar a nuestro organismo una suma calórica muy elevada, acompañada de una gran cantidad de grasas saturadas que difícilmente podremos eliminar a corto plazo.
¿ENTONCES QUÉ ALTERNATIVAS EXISTEN?
En el caso de la bebida, podemos cambiar el café por infusiones como el té kukicha o bancha, bajos o casi nulos en teina, y ricos en calcio (tanto o más que la leche), además de ser muy digestivos, antioxidantes y grandes depuradores de toxinas.
Té kukicha |
A la hora de enduzar el té ( aunque en mi opinión no es necesario ni saludable hacerlo), dejaremos los azucares refinados y utilizaremos alternativas como por ejemplo la melaza de arroz.
También si lo que queremos es activarnos a tope, podemos iniciar el día con una sopa de miso o un caldo de miso, que en el caso del caldo de miso, es tan fácil como diluir una cucharada pequeña de postre de miso, en un vasito de agua muy caliente y tomar como si se tratara de una infusión.
(apunte: nunca hermos de hervir el agua con el miso dentro, puesto que el mismo perdería todas sus propiedades)
(apunte: nunca hermos de hervir el agua con el miso dentro, puesto que el mismo perdería todas sus propiedades)
Sopa de miso |
Por último, para darle a nuestro organismo todo lo que necesita, mi recomendación es tomar una crema de cereales, como la cebada, avena, mijo, quinoa, trigo sarraceno o en mi opinión la más saludable la de arroz.
Las mismas, nos aportan un sinfín de nutrientes, azucares saludables de procedencia natural y carbohidratos complejos, que nos otorgarán toda la energía que necesitamos en pocas dosis, durante mucho tiempo, para que nuestro organismo siempre esté en equilibrio, sin altibajos.
Las cremas además son muy sencillas de preparar y se pueden elaborar en grandes cantidades, siendo fácil elaborar la cantidad necesaria para un par de días de una sola vez. ( aunque siempre es mejor cocinar al día).
Llegadas las estaciones más calurosas, donde nuestro cuerpo nos pide alimentos más frescos, podemos tomar las cremas frías o incluso añadir un poco de limón rayado, nuces y canela para darles un toque más "goloso" por llamarlo de alguna forma más atractiva, aunque insisto nada existe mejor que una crema de cereal sin añadidos!!
UN EJEMPLO PRÁCTICO
Aunque la quinoa no es propiamente un cereal, suele tratarse como si lo fuera, además de ser un alimento de primera categoría, perfecto para elaborar cremas tan ricas, y sencillas como la que os muestro a continuación.
CREMA DE QUINOA
CREMA DE QUINOA
INGREDIENTES:
( A ser posible de procedencia ecológica y local)
( A ser posible de procedencia ecológica y local)
1 Taza de Quinoa ecológica
8-9 Tazas de agua
Gomasio casero o Tamari
Sal marina atlántica ( sin refinar)
Sal marina atlántica ( sin refinar)
ELABORACIÓN
1. Lavamos bien la quinoa con agua fría y la ayuda de un colador chino u otro accesorio similar.
2. Ponemos 8-9 medidas de agua por cada medida de quinoa que vayamos a cocinar. En este caso para dos personas con una taza tendríamos de sobras.
3. Añadimos una pizca de sal y ponemos el fuego al máximo hasta que comience a hervir, momento en que añadiremos la quinoa previamente lavada.
4. Una vez recupere la ebullición, lo dejaremos a máximo fuego durante aproximadamente cinco minutos ( una vez haya comenzado a hervir), y pasados estos minutos bajaremos el fuego al mínimo y cocinamos durante una hora tapado.
5. Pasada la hora con ayuda de un turmix, trituramos la mezcla y para que recupere la textura cremosa le damos unas vueltas con una cuchara de madera durante unos minutos.
6. Una vez servida, se puede condimentar con un chorro de salsa tamari.
Buen provecho y para cualquier duda sobre el tema de los desayunos quedo a vuestra disposición.
Gassho!
Sergi Gámez
1. Lavamos bien la quinoa con agua fría y la ayuda de un colador chino u otro accesorio similar.
2. Ponemos 8-9 medidas de agua por cada medida de quinoa que vayamos a cocinar. En este caso para dos personas con una taza tendríamos de sobras.
3. Añadimos una pizca de sal y ponemos el fuego al máximo hasta que comience a hervir, momento en que añadiremos la quinoa previamente lavada.
4. Una vez recupere la ebullición, lo dejaremos a máximo fuego durante aproximadamente cinco minutos ( una vez haya comenzado a hervir), y pasados estos minutos bajaremos el fuego al mínimo y cocinamos durante una hora tapado.
5. Pasada la hora con ayuda de un turmix, trituramos la mezcla y para que recupere la textura cremosa le damos unas vueltas con una cuchara de madera durante unos minutos.
6. Una vez servida, se puede condimentar con un chorro de salsa tamari.
Buen provecho y para cualquier duda sobre el tema de los desayunos quedo a vuestra disposición.
Gassho!
Sergi Gámez