Con la llegada de la primavera,
nuestra cocina se impregna de nuevos colores, sabores y esas frescas fragancias
que nos invitan a crear sabrosas recetas que aportan vitalidad a nuestro
organismo. Por esta razón hoy os presento un postre, dedicado a aquellos que
piensan que los macrobióticos sólo comemos arroz integral y algas. Una receta
muy sencilla que se prepara en sólo unos veinte minutos con unos resultados muy
óptimos. Porque cuando se trata de cocinar, las barreras sólo existen en
nuestra mente, así que si somos capaces de liberarnos de las mismas podremos
crear recetas brillantes, nutritivas y muy sanas con infinidad de diferentes
ingredientes!
Teniendo en cuenta la estación en
la que estamos, utilizaremos como base la pera y la fresa, dos frutas que ahora
pueden utilizarse aprovechando toda su energía, combinando sus sabores a la
perfección.
Y ya antes de pasar a la acción, quisiera dedicar esta receta a Beatriu Alabart, una de mis primeras maestras de macrobiótica y autora de esta efectiva receta que gracias a sus enseñanzas ahora yo os presento con gran ilusión.
INGREDIENTES ( para cuatro
personas)
(A ser posible de procedencia
ecológica y local)
4 Peras
10 Fresas de temporada (esto es muy importante, porque la piel de la fresa al ser muy fina es muy sensible a los químicos que
se utilizan para fumigar en las
grandes explotaciones no ecológicas, por ello es importante que las fresas sean
siempre de temporada y de procedencia ecológica).
1 Vaso de zumo de manzana o de uva
1-2 Cucharadas soperas de Kuzú
Pasas de corinto
Canela en polvo (opcional)
Sal
ELABORACIÓN
1. En primer lugar, pelaremos bien las peras y las cortaremos en
unos seis trozos cada una, eliminando a su vez las semillas de su parte
central.
2. En una olla dispondremos las
peras cortadas y añadiremos un puñado de pasas de corinto y agua hasta que las
peras queden como si flotaran encima del agua, es decir muy poca agua.
3. Tiramos una pizca de sal (sin
pasarnos) y cocinamos durante unos diez minutos a fuego medio.
4. Pasados los diez minutos, añadimos el vaso de zumo de manzana o uva y cocinamos durante unos diez minutos
más.
5. Mientras disolvemos entre una
y dos cucharadas de kuzú en un poco de agua utilizando un vaso a parte y una
vez disuelto, se lo añadimos al resto a la vez que removemos con mucho cuidado.
El kuzú, entre sus muchas
propiedades digestivas es un fabuloso espesante para sopas, postres y otros
menesteres culinarios. En este caso a medida que vaya tomando temperatura, observaremos como la mezcla liquida de nuestra receta va espesando a la vez que
toma una apariencia gelatinosa.
6. Una vez tenga la textura
deseada, presentamos en un plato nuestra receta y le añadimos algunas fresas de
temporada cortadas a mitades, con las que aportaremos un toque de color y sabor
a nuestro postre.
7. De forma opcional podemos
añadir también un poco de canela en polvo, pero no es necesario en absoluto.
Buen provecho!!
Gasho!!
Sergi Gámez
(Fotos y texto por Sergi Gámez)