miércoles, 25 de marzo de 2015

Que tu alimentación sea tu medicina y tu medicina tu alimento (PARTE 1)


“Que tu alimentación sea tu medicina y tu medicina tu alimento”. 

Hipócrates, médico griego siglo V a.C.


Con esta frase más que conocida por todos doy el inicio de un artículo que me llevará tiempo terminar, así que lo actualizaré poco a poco, a base de nuevas observaciones que vayan surgiendo, tal y como hice con el artículo que escribí sobre mi testimonio de la dieta nº 7 de Georges Ohsawa.

Y ahora llega cuando debo presentar este nuevo reto, que no es poca cosa, pues la vida siempre te da la oportunidad de enfrentarte a nuevos obstáculos, siendo a partir de los mismos, como aprendemos y crecemos como personas en todos los sentidos.
Como yo no soy menos que nadie, muy a menudo también me veo envuelto en nuevas situaciones, que ponen en crisis mi modo de entender todas las cosas que me rodean. Pero dejando de banda absurdos fatalismos, con sinceridad y la mano en el corazón, ahora puedo decir que cada vez me tomo este tipo de situaciones con más positividad, pues no me canso de repetir que la vida es aquello que nosotros queremos que sea, así que nada malo puede pasarnos si nos proyectamos hacia todas las manifestaciones desde una actitud positiva.

EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO

La verdad es que desde ya hace un largo tiempo he dejado de creer en las casualidades, pues tengo muy claro que nada en esta vida es casual, siendo cada suceso de nuestro camino, el resultante de nuestras decisiones previas, ni más ni menos. 
Hace poco me llamo llorando una amiga y alumna mía a la que aprecio mucho, enseguida que escuche su voz, pude notar el miedo en sus palabras y algo de incertidumbre. Al parecer, había estado hablando con un profesional de la Medicina Tradicional China y tras un reconocimiento previo, le había diagnosticado diferentes patologías de cierta gravedad, la cuales con razón la mantenían angustiada.
Lo primero que le dije es que se calmara, pues nuestro estado emocional aunque no lo creamos es capaz de alterar para bien y para mal todo aquello que nos pasa. Por esta razón se han dado y se siguen dando casos de personas que curan enfermedades muy graves como por ejemplo un cáncer, con su fuerza de voluntad, sin necesidad de fármaco alguno. Pero a la contra, si caemos en la negatividad, podemos empeorar la situación hasta límites insospechados, ya que nuestras emociones van por encima de todas las cosas.
En segundo lugar, lo primero que le dije es que antes de hacer de tripas corazón, debía obtener un diagnostico por medio de algún método de análisis de la medicina convencional, ya fuera una analítica u otro. Por una razón muy sencilla, no podemos medir el nivel de una emoción, pero si podemos  saber si nuestro organismo está sufriendo alguna anomalía. Pues la sangre nunca miente y no está de menos obtener una segunda opinión, para estar  más seguros de algo que pueda estar causándonos una cierta inquietud.
Pero aquí lo importante es que con tantas terapias existentes, llega un momento en el que hemos de saber filtrar muy bien todo aquello que nos dicen, así como saber regresar a la base de toda anomalía en nuestra vida, "nosotros mismos", pues es ahí dentro de nosotros, de donde parte tanto la enfermedad, como la sanación de la misma, sencillamente real...
Por esta razón, Hipócrates estuvo tan acertado con la celebre frase que abre este artículo, pues si aprendemos a escuchar a nuestro cuerpo, sin duda podremos salir de todas las enfermedades, pues las mismas son mensajes de nuestro organismo, que aunque nos parezca mentira, intenta defendernos de otros factores que sí podrían ser un peligro para nosotros.

MI EXPERIENCIA PERSONAL

Hace cerca de dos meses una amiga a la que aprecio mucho, empezó a visitarse con un médico naturista de mi localidad. Tras dicha visita ella me explicó al detalle todo lo que este le había dicho, ya que yo siempre me había preocupado tanto por su alimentación como por la de su familia. No me llamó la atención el diagnóstico, aunque le habían encontrado una infinidad de virus y carencias nutricionales. Lo que sí me llamó la atención fue la batería de medicamentos que debía tomar cada día varias veces para curarse, pues sin entrar en número alguno os diré que rozaba límites muy elevados.
Durante todo este tiempo ella ha seguido tomándose estos medicamentos, y al parecer según le dijo  dicho médico, en las últimas visitas ya ha sanado parte de sus desajustes internos, así que en parte ella se siente en harmonía con el tratamiento.
No obstante y aunque esto ella ni lo sabe, esta misma semana le propuse acompañarla a su visita periódica con este médico, con la idea de saber que método utilizaba para diagnosticar y curar a sus pacientes. Y digo que no lo sabe, porque me propuse intentar visitarme ese mismo día yo mismo, para que este médico me hiciera un chequeo en profundidad, para así poder ver en mi piel si aquello tenía o no fundamento, ya que tengo el defecto de preocuparme en exceso de las personas importantes para mí, y en cierto modo tenía el presentimiento de que sin saberlo ella podía estar cronificando la toma de dichos medicamentos como algo normal en su vida, cuando para nada esto debe ser normal para nadie, ya que aunque el médico le decía que en un par de meses ya dejaría de tomarlos, lo cierto es que era muy fácil que durante alguna de las visitas que ella hacia al médico como parte del seguimiento en el futuro, apareciera algún nuevo virus, que añadiera nueva medicación y nuevo plazo de curación.
Llegó el día de la visita y primero se visitó ella, todo parecía estar mejor y algunas de sus patologías ya parecían no existir, aunque otras que semanas antes estaban curadas, ahora de nuevo se manifestaban, lo que implicaba de nuevo tomar otra vez esos medicamentos previos. Todo fue muy bien y el doctor muy amable me explico que utilizaba la Kinesiología, terapia que yo no conocía en profundidad, aunque había oído hablar de ella. Así que muy a grandes trazos, él ponía en el cuello de la paciente un cartón con un símbolo y el nombre de una patología o patógeno, acto seguido doblaba su cadera en flexión y el paciente debía impedirlo haciendo la fuerza contraria . Lo curioso es que cuando ella tenía la patología que ponía en el cartón perdía la fuerza en su pierna y no podía mostrar resistencia a que la misma viniera hacia ella, increible pero cierto.

 Al terminar con ella ante mi asombro le pedí si era posible que me visitara a mi y tras mirar su agenda aceptó mi petición, así que me tumbé en la camilla y me dispuse a probar en mis carnes aquella nueva técnica de diagnóstico tan nueva para mí.
Al principio todo fue genial, el iba cambiando cartones con diferentes patologías y órganos en mi cuello y todo daba perfecto, así que parecía que no debía preocuparme por nada. Pero de pronto empezaron las malas noticias. Así que tras fallar mi pierna en varias ocasiones, me dijo entre otras muchas cosas que tenía la vesícula biliar afectada, los riñones congestionados, además de carencias importantes de Zinc y Litio que estaban acidificando mi organismo. Pero lo grave empezó cuando me dijo que tenía el virus de la  Hepatitis D y Hepatitis B, Un virus de procedencia africana, el virus de la Mononucleosis infeccionsa y el de la  Rubéola, casi nada...
Com podéis imaginar, el estado de shock no se hizo de esperar y por un momento quedé de piedra, teniendo en cuenta que soy una persona que cuida en exceso su alimentación a diario, además de hacer mucho deporte, así que no podía estar más confundido.
Mientras yo seguía sumido en mi estado de shock, comentando a su vez la jugada con mi amiga que también había quedado sorprendida ante el diagnóstico, el doctor se ausentó un momento y al poco apareció de nuevo con una cantidad de medicamentos impresionante. Y así fue como poco a poco me explicó para que servía cada uno y como debía de tomarlos cada día durante un periodo determinado, siendo todos estos sólo para curar algunos de los supuestos virus que tenía,  más adelante al sanar estos, empezaríamos con otra tanda de medicamentos para eliminar el resto de virus.
Yo seguía algo confundido, así que todo siguió adelante y fuimos hacia la caja registradora, donde poco a poco iba confeccionando la cuenta de todo aquello, que subió sumando la visita sobre los 185 euros (casi nada !!!!).
Por suerte en ese justo momento, volví a mis cabales y fue cuando le dije que si no era problema, le pagaba la visita, pero prefería estudiar por mi cuenta la forma de curar todas aquellas supuestas enfermedades que se me habían diagnosticado en su consulta. Él no puso impedimento alguno, aunque quedó muy sorprendido de mi reacción, normal, ya que a nadie le gusta perder una buena venta en el último segundo.

MI POSICIÓN ANTE UN DIAGNÓSTICO DE TAL CALIBRE...

Al salir de la tienda, con sinceridad todo era un tanto extraño; por una banda me sabía muy mal, ya que había dejado un poco fuera de lugar al médico de mi amiga, ya que temía que ella se hubiera molestado conmigo por ello, así que me arrepentí de aquella visita que nunca tuvo que haber tenido lugar. Y en segundo lugar, con semejante diagnóstico, mi cabeza empezó de inmediato a tomar posiciones, ya que no podía quedarme de brazos cruzados como si nada.
Poco después mi amiga me dejo en mi casa y al subir a mi piso me puse de inmediato a tomar cartas en el asunto, que era cuanto menos preocupante.
Lo primero que hice es buscar información sobre la kinesiología, para ver hasta que punto aquello era o no fiable. La verdad es que me sorprendió gratamente, ya que las teorías que se  encuentran detrás de esta disciplina terapéutica son más que interesantes y no descarto estudiarlas en un futuro próximo. Pero como todo tiene su lado oscuro, lo primero que me llamó la atención es que una vez realizado el diagnostico, cada profesional puede actuar de una forma distinta. Así que el tema de que él cure con "los medicamentos que tiene en su tienda al efecto" ya es puramente su método, pues encontré muchos especialistas de kinesiología que no actuaban así, pero lo que no me cabe ninguna duda es que el negocio está asegurado, pues cada persona que se visite, después de un diagnóstico con sólo una de las enfermedades que a mí se me diagnosticaron, comprará con los ojos cerrados lo que haga falta si le dicen que con eso se curará en un par de meses, obvio no?

Una vez estaba al día en cuanto a dicha terapia, me puse manos a la obra a investigar sobre el virus que más me preocupaba de entre todos los que me diagnosticaron, sin duda las Hepatitis (B y D). Así que nuevamente mi sorpresa no se hacía esperar. Se trata de una de las peores Hepatitis que existen que os resumo a continuación:

El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite por la exposición a sangre, semen y otros líquidos corporales infecciosos. También puede transmitirse de la madre infectada a la criatura en el momento del parto o de un miembro de la familia infectado a un bebé. Otra posibilidad es la transmisión mediante transfusiones de sangre y productos sanguíneos contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. El VHB también plantea un riesgo para el personal sanitario cuando este sufre pinchazos accidentales de aguja mientras asiste a personas infectadas por el virus. Existe una vacuna segura y eficaz para prevenir esta infección.
Las infecciones por el virus de la hepatitis D (VHD) solo ocurren en las personas infectadas con el VHB; la infección simultánea por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un desenlace peor. Hay vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis B que brindan protección contra la infección por el VHD.
Lo primero que me llamó la atención, es que la Hepatitis D es una precursora de la Hepatitis B, así que si no tienes la B, es imposible tener la D!
A Esto hemos de sumarle que la Hepatitis B, sólo se puede contraer mediante relaciones sexuales con una persona que la tenga, o mediante sangre, siendo muy habitual en toxicómanos o personas que están en contacto con la sangre de posibles afectados. Y yo no he mantenido ningún tipo de relación de riesgo con chicas que tengan esta enfermedad y menos aun contacto con sangre o drogas...
Y por último y más importante, los síntomas que obedecen a esta patología son bastante claros, estando los afectados por lo normal muy cansados a todas horas, con poca energía, dolores en la zona abdominal, vomitos, náuseas, fatiga intensa, orina oscura y en casos agudos de esta patología ictericia ( color amarillento de la piel y los ojos).

En mi caso todo apunta jústamente a lo contrario, cada día me someto a un duro entrenamiento deportivo en el que cada vez obtengo mejores tiempos de recuperación, compuesto por un kilometro de natación, 45 minutos de fitness + pesas + 20 minutos de ejercicio cardiovascular. El color de mi orina es más bien muy clara, no tengo ningún dolor abdominal, ni vómitos, ni fatiga de ningún tipo, tampoco la piel amarillenta y en oposición a todo esto, además de todo el deporte diario, en la actualidad estoy estudiando cinco titulaciones a la misma vez, además de preparar mis cursos y visitar a mis pacientes... Así que podéis imaginar la energía diaria que todo esto conlleva.

LAS PRIMERAS ACCIONES

Una vez estaba al corriente de todos los detalles de estas patologías y las posibilidades de que esto tuviera algún sentido en mi caso, me dispuse a buscar soluciones. En primer lugar lo tuve muy claro. Como he dicho en mil y una ocasiones no estoy en sintonía con la forma en que la medicina convencional actúa sobre una posible enfermedad en la actualidad, pero si estoy muy cercano a sus métodos de diagnóstico que a mi parecer tienen una gran precisión. Así que no dude ni un segundo y me dirigí esa misma tarde a un laboratorio de mi ciudad, para pedir una analítica completa que reflejara todos los tipos de Hepatitis. Ya fuera en su estado como anticuerpos, así como en fase activa.

Al llegar al laboratorio me dieron cita para el día siguiente (claro pagando todo va rápido), y así fue como al día siguiente me presenté a las siete de la mañana en ayunas listo para mis primeras pruebas.
Pero cual fue mi sorpresa que cuando estaba apunto de entrar, una de la chicas me dijo que necesitaba la autorización de mi médico para llevar a cabo aquella petición de analítica por libre, cosa que me dejó a cuadros, porque yo hace años que no me visito por la seguridad social y no sabía ni tan siquiera quién era mi médico.
Un poco aturdido por lo sucedido y con el estómago vacío salí de la consulta y me senté en mi coche a pensar de que forma podía conseguir esas pruebas, sin que ello me conllevara estar mucho tiempo en espera. Así que me vino a la cabeza una buena amiga y compañera de estudios que era doctora. Año atrás habíamos estudiado juntos dietética naturista y oriental y ella a parte de ser una chica muy amable y transparente, en mi opinión era una gran doctora, pues por un lado tenía todo el conocimiento que puede tener una persona que ha estudiado medicina, pero no conforme con ello, había decidido estudiar también medicina alternativa y natural, aspecto que me parece más que bueno y muy coherente en un profesional de la salud.
Sin dudarlo le mandé un mensaje explicando lo que me había sucedido y pidiéndole su opinión profesional. Como hace un buen compañero, a los pocos minutos me estaba llamando a mi celular, así que le expliqué con detalle lo sucedido y también ella, me tranquilizó diciéndome que dudaba yo tuviera esas patologías. Pero no obstante estaba de acuerdo conmigo en que lo mejor era salir de dudas mediante las pertinentes analíticas. Así que me aconsejó visitar de inmediato a mi doctora de cabecera e intentar que la misma me hiciera esa petición, para poder así hacerme las pruebas, ofreciéndose ella misma si no lo conseguía, a autorizar dichas pruebas, ya que podía hacerlo al ser doctora también.
Me dirigí a la mutua donde tenía a mi doctora y después de hacer cola durante más de una hora, llegué al mostrador y pedí hora con cierta urgencia para visitarme. Lo cierto es que no me lo pusieron nada fácil, ya que me querían dar hora para dos semanas adelante, hasta que le dije que quizás tenía una enfermedad bastante grave y necesitaba visitarme con mi doctora cuanto antes. La chica se me quedó mirando con cara de poker y sacó un volante de su mesa, donde figuraba una visita con mi doctora en media  hora (increible).
Subí a la consulta y después de una hora más tarde de la cita que tenía, por fin entré a la consulta de mi doctora que me recibió con mucha amabilidad y por suerte para mí, no tarde en darme cuenta de que era una doctora de la nueva horneada, es decir de esas que son abiertas de mente y escuchan a sus pacientes con atención, aunque el tema trate de otro tipo de medicina distante a la suya como era el caso.
Tras explicarle todo con detalle, lo primero que le sorprendió es el nivel de conocimiento que yo tenía sobre las enfermedades que le relataba, así que mis horas de investigación del día anterior parecían no haber sido en vano. En segundo lugar, me dijo que después de haberme visto hablar y más aun la energía que emanaba le parecía imposible que yo tuviera algo semejante a lo diagnosticado, pero todo y así me ofreció la posibilidad de hacerme unas analíticas aun más completas que las que había pedido yo que además me saldrían gratis, donde incluso me mirarían el virus del VIH, sífilis, tiroides, colesterol, hepatitis A-B-C ( la D no porque yo estaba en lo cierto, sólo es posible tenerla si se tiene la B, así que con saber si tenía la B, podía descartar una prueba de la D), y otras muchas cosas más para descartar todos los posibles fallos hepáticos posibles y por haber, además de poder detectar también otras carencias en mi organismo!

Completo listado de pruebas a las que me sometí
Además me puso como preferente y consiguió que me hicieran todas esas pruebas en menos de 24 horas!

Al día siguiente me presenté a mi hora para las analíticas y después de una larga espera me las hicieron sin problema alguno, así que ya sólo quedaba esperar los resultados en una semana.

CONCLUSIONES DE ESTA PRIMERA PARTE

Estoy seguro de que muchos de vosotros os estáis preguntando que pretendo con este artículo, incluso algunos profesionales de la medicina naturista, pueden estar muy enojados, mal entendiendo que con este escrito pretendo desprestigiar a su medicina. Pero para nada pretendo eso, todo lo contrario, si algo he pretendido desde el principio con este blog es a no fanatizar sus contenidos, así que siempre estaré donde se encuentre la coherencia sin importar el bando que sea. Así como tampoco pretendo poner a todos los profesionales de la Kinesiología en el mismo saco, pues como ya dije, es una disciplina que me pareció muy interesante y no descarto estudiarla en breve, así que sobre todo repito que no quiero generalizar si no puntualizar sobre un caso concreto que remite desde mi experiencia personal, nada más que eso.
Con este artículo pretendo transmitiros que ante un diagnostico sea el que sea, siempre hay que estar muy seguro antes de caer en manos de un mismo profesional, sea del ramo que sea medicina convencional o naturista. En el caso de que un medico convencional os diga que debéis medicaros de por vida porque vuestra enfermedad no tiene solución, no os deis por vencidos y buscad en otras terapias alternativas, además de modificar vuestros hábitos alimentarios. Y en el caso opuesto, si mediante una terapia alternativa os diagnostican una enfermedad de riesgo, desconfiad automáticamente de dicho diagnóstico si la curación del mismo implica tomar infinidad de medicamentos que además claramente beneficien a la persona que os los ha propuesto como cura.
No os puede parecer normal que os hagan tomar entre 20-25 medicamentos diarios, como se me había propuesto a mí, teniendo en cuenta que debía hacer tres tomas al día de muchos de ellos. 
Para finalizar esta primera parte añadir también aunque ya lo dije en mi articulo anterior, que siempre que os digan que estáis bajos de algo, como en mi caso pasaba con el Zinc o el Litio, buscad esas fuentes en alimentos que las contengan, pues serán mejor asimiladas por vuestro organismo, que si las aportáis mediante pastillas, por muy naturales que las mismas sean.  Pensad que muchos de esos minerales, son fabricados por nuestro organismo, así que si añadimos fuentes suplementarias de los mismos durante mucho tiempo, nuestro cuerpo dejará de fabricarlas y entonces si tendremos un problema crónico de carencias!

¿QUÉ VOY HACER YO ANTE TODO ESTE PROBLEMA?

En primer lugar escribiré la segunda parte de este artículo en una semana, donde sea lo que sea lo que digan mis analíticas lo publicaré, para dar transparencia y coherencia a este escrito. Pero además de ello publicaré un plan de tratamiento alternativo a la medicación convencional, dejando de banda tanto fármacos químicos, como medicamentos de herbolario. Así que expondré a modo de caso real, como voy a intentar solucionar dichas carencias modificando mi alimentación, (en caso de que así lo necesite).
Además de ello, publicaré como llevar a cabo un drenaje hepático biliar, para así dar las herramientas a nuestro hígado y en mi caso a la vesícula biliar, para que pueda trabajar en su máximo rendimiento, y mas ahora, teniendo en cuenta que llega la estación adecuada para nutrir el hígado y la vesícula biliar ( la primavera / elemento madera).
Así que en una semana aproximadamente, no dejéis de leer la continuación de esta primera parte!

Un abrazo muy fuerte a todos y cruzo los dedos para que todo salga bien en mis analíticas a pesar de que repito estoy en el mejor momento físico y psíquico de toda mi vida!